viernes, 10 de abril de 2009

Naranjas y fantasmas grises


Hoy empecé a caer en cuentas... Me he visto reflejado frente a un espejo y no era yo.

Nunca estuve aquí... Saco conclusiones y concluyo que el mundo en el que habito no es el mismo que habitan los demás. Estoy loco.

Para mi este atardecer no es el mismo que ustedes ven... Su naranja es una marea de lava, cuyo fulgor calienta un páramo gris de una tarde de abril... Es fuego, brazas de una vieja fogata encendida para ser el faro de un viejo marinero errante. el sol se oculta y los minutos pasan, un espiral de aves flota sobre mi cabeza... Sera presagio de algún devenir...? Grises sombras se deslizan por un viento nor oeste y persiguen presurosos el naranja que esta por extinguirse... Muere en el mar, mas allá de donde puedo ver con estos ojos sacados de la realidad... Ya partieron... Mañana volverás.

Mi fe, no es vana... Volverán los naranjas, los fantasmas grises, los vientos nor oeste... los aromas de oriente... La brisa, el silencio y el reflejo de este infame espejo que no me muestra la realidad... Mañana nos veremos soledad.

El otro que no me gusta ser

Que profundidad... Que agonía... Hoy las olas de todos los mares rompieron en mi corazón.

Esta noche no es diferente a otras, hubiera deseado fuera mejor. El cielo se ha cuarteado, las nubes tomaron la forma de escamas de alguna vieja armadura, una depuesta, después de años de brega... La luna deja traslucir su forma... Su luz cae sobre mi, igual a las palabras de Jesús crucificado... Señor, porque me has abandonado?

Hoy no hay campanas, hoy no hay clarines, ni laureles de gloria... Hoy el pesar de los años agudizaron esta tristeza, que hizo epicentro en mi cabeza y la medula fue el corredor nervioso que esparció el mal... No tengo palabras, mas si muchas incoherencias... Aun estoy aturdido, golpeado y trato de poner en orden mis ideas... No hay lógica, no hay poesía... Hoy no sonrió, hoy soy otro que no me gusta ser.

El tiempo y la espera fue la mascara, el silencio es la daga... Como cuesta hacer lo correcto... Como cuesta no hincar las rodillas en la arena después de la estocada. Hoy no describo el tamaño de la espada, solo pienso en el dolor que causa.

Soy otro, aquel que no me gusta ser, pero soy ...y lo callo.