Au silence j'ai gardé tous les je te veux
Escribo de mis días, de mis sentimientos... De las coincidencias, de los sueños... De amores buenos y amores perros... De fantasmas olvidados y nostalgias presentes. De la llamada que espero, del silencio que alejo, de lo poco que es mio y ausente... Que lo ausente duele mas que lo presente... Y si de dolores habláramos podrías ver que hay mucho mas de lo que crees... Que hoy, no se torna indiferente...
Mis secretos trate de hundiros en el mar, la marea los regreso... Trate de callar mis historias y solo me enrede, mas aun, en estos cuentos... La locura, es algo con lo que hay que vivir a diario; la locura de lo ausente, de la lejanía, de lo que quiero y no puedo... De resignar lo que siento al olvido, de acostumbrarme a respetar lo que ahora es prohibido.
Hoy cuesta hablar simple... Y es que en el silencio encontré un lugar donde ahogar sueños, todas las palabras que diría, todos los te quiero... Cuesta hablar simple y ser sutil; mas aun cuando la imagen perfecta se convirtió en un espacio vació, en recuerdos presentes, en palabras ausentes escritas en un mostrador. Son esas coincidencias las que extraño... Un perfume... Una sombra de pies pequeños... Una fecha en el almanaque... Los días contados, que hoy se hacen largos; y el esperar un reencuentro, es esa tarea difícil, en especial para estos ciegos ojos... Que te buscan entre la gente, por las calles, en el espacio...
¿Es inevitable extrañarte? ...Lo es.
¿Si podre remplazarte? ...No lo se.
Y me atrevo a no ser sutil por un momento... Y lo confieso... Quise hacerlo, pero no lo he logrado. Un corazón no es prenda de alquiler... Ni siquiera el mio.
Ayer un amigo me pregunto:
¿Aun esperas por ella, tienes alguna esperanza?
(...) Me quede en silencio.
Cada uno de mis silencios se vuelven en pensamientos que se disparan al espacio... A buscarla. Silencios que en esta noche, tal vez buscan su ventana... Cada uno de ellos son alas de un vuelo suicida, estelas de cometas errantes... Luces lejanas de fogatas que esperan compañía.
Querido amigo, solo espero... Esa es mi respuesta.
No conozco de esperanzas, solo de esperas... No conozco de probabilidades, sino de casualidades. Espero, aquí... Y escribo, a veces solito, a veces riendo... Sin nombres, es que ya no los tengo.