martes, 9 de septiembre de 2008

Confesiones de parte (sobre mi madre)

Me encerré en mi mismo sin querer ver mas allá de mi nariz, sin querer sentir mas allá de mis latidos, tratando de no pensar en aquello que es inseguro, desconocido. Tratando de acercarme a la realidad, aunque a veces no se puede. Tratar... y volver a hacerlo. Estoy trizte...

Los días pasan lentamente. Este fin de semana fue mas lento aun... dos días eternos. Envuelto en las colchas de la cama, acobardado, hecho un marica, sin ánimos de enfrentar el día, pasivo, indefenso a las horas, vagabundo en pensamientos, abandonado de razón, huyendo de mis responsabilidades, solitario, obstinado, ciego, orgulloso. Quería sentirme solo. Tal vez experimentar, realizar un simulacro, perder parte de mi vida; y mas que proyectarme a un futuro sin ella, viaje al pasado y vi un film de nuestros días juntos. Me deprimí, aun mas.

No he sido el mejor de los hijos. se que no soy lo que ella hubiera querido de mi... pero soy.
Fui rebelde a sus decisiones, intolerante a sus ideas, juez de sus actos, asesino de sus aciertos.

De chico descargue mi frustración en ella... ya mas crecido, no permiti que disfrutara mis triunfos. Claro; no hubieron muchos. Un carajo, era la respuesta, a su esfuerzo por tratar de complacerme y jamas me esforcé por enorgullecerla. Tal vez creí que jamas ella lo podría sentir.
Ya hace un tiempo que no pensaba en mi conducta adolescente. Preocupado mas en hacer mi vida alejado de lo que ella podía significar. Tal vez ensimismado en mi mismo, en mis propias preocupaciones y aunque muy estúpidas ellas; eran mías. ¿Que mas podía hacer un necio como yo, que solo preocuparse por el mismo...?

Ella nunca fue una persona sana. siempre tuvo complicaciones a raíz de X enfermedades. Este sábado me asuste mucho. El dolor en su pierna era agónico, el coagulo obstruyo su circulacion y hasta la simple respiracion le era dificultosa. No sabia que hacer. Solo la tenia ahí, apoyandose en mis hombros, diciéndole: "respira profundo, no te desesperes..." me decía a mi mismo: "por favor dios ayudala". Nunca la había visto tan mal. Ese día no pude dormir... al día siguiente tampoco. cada vez en cuanto, durante la noche, me acercaba a ella y la veía dormir... Ayer por la noche también lo hice.

Son muchos años desperdiciados, muchas peleas, demasiadas heridas que ambos nos hemos causado. Espero tener suerte y poder abrazarla durante muchas mañanas mas... Como hoy dia, antes de salir de casa. Uhm... me he quedado como una letra muda.

1 comentario:

Cathy Pazos dijo...

Muy lindo, bastante sincero, definitivamente invita a la reflexion a aquellos que no somos muy pegados a ellas...

TQM