lunes, 8 de septiembre de 2008

O talvez ese viento; o talvez esa sombra...

Sin mucho que esperar, solo contar las horas...
Es sábado por la noche. Para mi, la calle esta vacía, los bares están vacíos, yo estoy vació.
No tengo intenciones de escribir, hoy no puedo expresar lo que siento. Sencillamente no me nace. Me siento frustrado.
La noche se convierte en madrugada y pronta esta la salida del sol. Pero, para mi, esa certeza no es seguridad. Mañana no sera distinto a hoy, a esta hora, a este minuto... tal vez cambie o todo siga igual. no lo se... como detesto la espera.
El frió puede mas que mi calor, el abandono puede mas que tu compañía. Las palabras se me hacen nudo en la garganta y casi dolor artrítico en mis manos. Hace un rato que oigo a Sabina y hasta el me hastía... pero me encanta.
Se me ocurren algunas frases sueltas:
"Tranquilidad de un sábado cautivo,
mas por miedo. sin ansias de vino...
retrasado en la marcha que agobia,
sin motivacion ni comparza...
como una ancla en la balsa..."

No puedo seguir con esto. Mejor dejo a Sabina que se exprese por mi. Esta madrugada no nacen frases, inquietudes o ilusiones.... estoy seco. Como la copa de vino que se quedo sin ser llenada. Hoy no tengo ganas de soñar.... Ni por mi, ni por ella... ni por las estrellas, que en este cielo nublado ya no tintinean... hasta ellas se quedaron sin luz. también están secas.
Si, que Joaquín lo diga todo... yo no puedo.

A La Orilla De La Chimenea

Puedo ponerme cursi y decir... que tus labios
me saben igual que los labios que beso en mis sueños.
Puedo ponerme triste y decir... que me basta
con ser tu enemigo, tu todo,
tu esclavo, tu fiebre, tu dueño.
Y si quieres también puedo ser...
tu estación y tu tren,
tu mal y tu bien,
tu pan y tu vino,
tu pecado. tu dios, tu asesino.
O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea.

Puedo ponerme humilde y decir... que no soy el mejor
que me falta algo para atarte a mi cama.
Puedo ponerme digno y decir... toma mi dirección
cuando te hartes de amores baratos,
de un rato me llamas.
Y si quieres también puedo ser...
Tu trapecio y tu red,
tu adiós y tu ven,
tu manta y tu frío,
tu resaca, tu lunes, tu hastío.
O tal vez ese viento que te arranca del aburrimiento
y te deja abrazada a una duda, en mitad de la calle y desnuda

Y si quieres también, puedo ser...
Tu abogado y tu juez,
tu miedo y tu fe,
tu noche y tu día,
Tu rencor, tu porque, tu agonía

O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra,
a la orilla de la chimenea...
a esperar que suba la marea.

O tal vez ese viento
que te arranca del aburrimiento,
Y te deja abrazada a una duda,
en mitad de la calle y desnuda.

O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
A la orilla de la chimenea a esperar...

(Joaquín Sabina)

1 comentario:

Juan Carlos dijo...

Gracias a Dios le cambiaste el titulo, que era eso de salir del closet!!!!